Pintor Uruguayo
Joaquín Torres García
(Montevideo, 1874 - 1949) Pintor
uruguayo, considerado uno de los artistas uruguayos con mayor proyección
internacional. En su juventud, Torres García se había trasladado a España junto
con su familia. En Barcelona se integró en el grupo de intelectuales catalanes
liderados por el pensador Eugenio D´Ors, quien afirmaba que Cataluña estaba
llamada a continuar en el siglo recién comenzado la tradición clásica y
humanista de la cultura mediterránea, retomando las formas e ideas de la
antigüedad griega. Imbuido de estas tesis, Torres García pintó en el salón de
San Jorge de la Diputación de Barcelona varios murales, hoy desaparecidos, que
representaban imágenes de una mítica Arcadia con figuras humanas de porte
clásico.
Su casa de entonces, Mon Repòs (en
Terrassa, cerca de Barcelona), denotaba también la influencia griega en la
arquitectura y en los murales que él había pintado en sus habitaciones. En los
primeros años del siglo XX colaboró con el arquitecto catalán Antonio Gaudí en
la realización de vitrales para el templo de la Sagrada Familia. Sin embargo,
según cuenta Torres García en el libro Historia de mi vida,
Gaudí no supo apreciarlo como artista, aconsejándole que se dedicara a la
docencia. En 1910, por encargo oficial, pintó los paneles del pabellón uruguayo
de la Exposición Internacional de Bruselas.
A partir de 1915 comenzó a
experimentar la influencia de las vanguardias, al tiempo que conocía a pintores
innovadores como Barradas, Robert Delaunay, Piet Mondrian y Theo Van Doesburg,
entre otros. Viajó a Nueva York, donde lo invadió el ritmo trepidante de la
ciudad; después estuvo en París y más tarde en Madrid. En esos años de viajes
fue dando forma a su propuesta artística: el universalismo constructivo. En
1930 fundó en París la revista y el grupo Cercle et Carré junto
a otros artistas, con los cuales realizó algunas publicaciones y organizó una
de las exposiciones de arte concreto más importantes de la época. Por aquel
entonces ya exponía sus cuadros en galerías relevantes de París.
Cuando regresó a Montevideo
en 1934 ya tenía clara cuál era su misión y cuál sería su mensaje: crear una
escuela de arte en el sur de América. A partir de entonces fundó la Asociación
de Arte Constructivo (1935), publicó la revista Círculo y Cuadrado (1936-1943),
dio numerosas charlas y conferencias, dictó clases en la universidad y en el
SODRE y finalmente, en 1944, creó el Taller Torres García. Trabajador
incansable, no dejó nunca de pintar y realizó numerosas exposiciones, al tiempo
que expresaba sus ideas en varios libros sobre arte y estética, como Estructura (1935), Universalismo
constructivo, contribución a la unificación del arte y la cultura en América (1944)
y Mística de la pintura (1947).
Torres García definió su pintura como una superficie
organizada en sección áurea, en la que todas las partes se relacionan entre sí
y con el todo. El rechazo de la perspectiva y el uso de la bidimensionalidad,
que evocan las formas del arte primitivo y egipcio, facilitan la comprensión de
su mensaje plástico. Para Torres García el arte no debe copiar la naturaleza,
pero tampoco debe negarla. Los pictogramas que pueblan sus pinturas recrean el
mundo: el pez (la naturaleza), el triángulo (la razón), el corazón (los
afectos), el hombre y la mujer. Sus símbolos son permanentes y fáciles de
decodificar, pues el pintor buscó un arte eterno, que no renegara del pasado,
tratando de encontrar imágenes que trascendieran las épocas. Entre sus cuadros,
muchos de ellos premiados, deben mencionarse Un puerto (1941), Naturaleza muerta (1941), Mentón (1944) y Sala de espera (1946).
La influencia de Torres García ha rebasado las fronteras
uruguayas; el grupo Madi, fundado en 1946 en Buenos Aires, o la asociación Arte
Concreto Invención, liderada por Tomás Maldonado también en la capital
argentina, lo reconocieron como mentor.
Obras:
Tomado de: https://www.biografiasyvidas.com/biografia/t/torres_garcia.htm
https://www.youtube.com/watch?v=a7shmSa0twQ
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